Ser alumno virtual

Este aprendizaje sobre docencia en línea también me lleva a experimentar y aprender a ser alumno en línea.
Si bien la motivación personal es un factor fundamental, también lo son el tiempo del que se dispone y la competencia en el uso de la tecnología.
En este tiempo  de receso obligatorio, también han influido factores externos como los cortes de luz y la falta de acceso a internet.
Todo esto unido a la imprevisibilidad de otras circunstancias, han hecho que mi cumplimiento con la tarea se encuentre atrasado.
Se me vienen a la mente muchas razones y/o excusas oídas de mis alumnos de aula para justificar la no presentación de algún trabajo, la ausencia a determinada clase; y me encuentro con que no puedo hacer uso de ninguna.
No solo soy una alumna adulta, también soy una alumna virtual.
Durante el profesorado me hube de enfrentar a las consecuencias de ausencias a clases muchas veces necesarias (alguna fue por vagancia nomás 😂), pero la entrega de trabajos o una evaluación programada eran casi, casi impostergables. Ante esa trasgresión solo quedaba la oportunidad de algún recuperatorio; ir al final directo o... recursar la materia. Esto último era tan temido que una hacía lo imposible por no faltar.
Y me encuentro aquí meditando sobre el no cumplimiento de algunas tareas, al no cumplimiento de un plazo. ¿Cómo cubrir estas faltas? Seguro que  iré aprendiéndolo también.
Ya he sido alumna virtual, pero todos fueron cursos gratuitos, y cuando tuve que abandonar alguno sentí que perdía la posibilidad de conocimiento, o la ganancia de tiempo. Pues sí, a veces una se anota en un curso que resulta no cumplir con lo que se esperaba de él.
En este caso hay además una inversión monetaria. Y entonces, si bien la motivación sigue estando, el aprendizaje sigue sucediendo, la respuesta positiva de los responsables del curso, respecto a si puedo continuar la cursada es ansiosamente esperada por mí